23 Abr Bodega Seld´aiz: mi viñedo es mi laboratorio
¿Saben ustedes cuando entran en un laboratorio y sienten el inevitable respeto por las batas blancas? Pues eso es lo que nos ha pasado en la última bodega que hemos visitado.
Esta vez caímos en Cantabria, en la bodega Seld’aiz incluida en la Indicación Geográfica Protegida Vinos de la Tierra de Cantabria, 5 hectáreas de viñedos desde donde se ve un valle espectacular (se ubica en el Valle del Pas, imagínense).
En esta zona privilegiada, durante 10 años Aitor y Miriam han manejado el viñedo como si de un macrolaboratorio se tratara, poniendo en práctica lo aprendido en otras zonas de elaboración y en mil sitios más para trabajar interviniendo lo mínimo desde la vid hasta el vino: de una forma social y ecológicamente sostenible, pero eso si, sin olvidar la innovación.
Un ejemplo de sostenibilidad es que la siega se llega a hacer con caballos, burros y ovejas, aunque la cuadrilla “ovejera” a veces se rebela y solo prefieren las zonas donde la hierba está más esponjosa (caprichos de la naturaleza).
Pero la sostenibilidad no está reñida con la investigación: se sustituyen fertilizantes químicos por nuevos bioestimulantes a base de extractos naturales, alimentando la uva con cabeza y eliminando la primera química a la producción.
La sostenibilidad tampoco está reñida con la innovación: se controlan parámetros que avisan de la llegada de enfermedades al viñedo mediante una red de estaciones de medida dentro de un proyecto de I+D (investigación y desarrollo).
Y todo esto con un respeto por las tradiciones y por la zona que se expresa en los nombres que utilizan: desde el mismo nombre de la bodega (Sel es como se llama en Catabria a las praderas con vallados de piedra), hasta el nombre Yenda de los vinos (así es como se conocían los vinos blancos en la tierra) o incluso la misma bodega, que era un antiguo establo de vacas.
Pero lo que más nos gusta de la investigación, es que se ponga al servicio de la búsqueda y recuperación de variedades autóctonas, en este caso de Cantabria. Ya tienen un nuevo par de uvas tintas, (una de ellas todavía sin nombre) y otra blanca con alguno ya pensado, que están plantadas o en vivero a falta de poder trabajar con ellas elaborando vinos que seguro serán tan buenos como los actuales.
Porque en esta bodega hacen vinos con uva godello, riesling, una uva malagueña (si, han leído bien) y la gran investigada: la albariño. Con esta uva se investiga si en semiemparrado se dará mejor, se trabaja en coupagge con la godello y su justa insolación para obtener notas de menta y hortiga, se hace fermentación directa en barrica para darle cuerpo…. inventos para ganar olores y sabores al vino (y damos fe de que lo consiguen).
Nos vamos contentos de haber conocido este “laboratorio”, y esperamos que durante mucho tiempo esta pareja tan especial no se quite la bata de investigadores y sigan consiguiendo vinos tan o más especiales que los que ya podemos disfrutar gracias a su duro trabajo. Y hablando de investigación, ¿qué mejor que hacer un vino bajo velo en Cantabria?. Ahí lo dejo para delicia de quien quiera probar cosas que se hacen con uvas distintas y fuera de lugar, pero muy bien hechas.
Porque nos gustan los Vinos con Historia
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