27 Dic Bodega Mata Mangos: cruzando el mar por amor

El mundo se mueve gracias al amor. Y en este caso no es distinto. El marques de Colomer se fue a Cuba e hizo como se decía “las Américas”, volviendo como un indiano con posibles y una esposa cubana.

El amor lo puede todo, o casi todo, porque no vamos a comparar el clima cubano con el clima que hay en Almansa, según internet (que lo sabe todo) los inviernos parece que son algo diferentes. Mientras que en Almansa son largos, muy fríos y ventosos, en Cuba son cortos, cómodos  y húmedos, bajando rara vez de 13 ºC.

El amor une y parece que el clima separa, porque su mujer se quería ir de vuela a Cuba ¿y qué se hace en esos casos? por supuesto, construir un palacete del sigo XVIII con bodega: Santa Rosa. 

Pues esta finca fue comprada por la familia de Carlos (Mata Mangos) como algo preciado que durante muchos años han ido restaurando por zonas.

Como la finca es patrimonio arquitectónico nacional protegido, al intentar restaurarlo no os quiero contar la de problemas que se generan, desde el tejado que tiene que hacerse de una manera determinada, hasta tener que conservar la fachada como antaño, y todo para recomponer la villa y ver el nacimiento de más historias de amor con la celebración de bodas. Y la verdad es que con la historia de amor que tiene detrás, en un sitio así estos eventos le vienen que ni pintado.

Pero sigamos con la villa, la bodega es funcional, la antigua zona del establo de animales de carga es donde están ahora las barricas y como curiosidad, en el jardín de este palacete, hay una noria de viento funcional para sacar agua de un aljibe pegado a la bodega que se alimenta de agua de lluvia, llenando así una piscina que hay en el jardín en su día llena de peces de colores. Todo un ejemplo de economía circular.

Pero vamos a hablar de las variedades de uva que se labran en esta bodega, que también tienen su historia. Las uvas Monastrell y Garnacha Tintorera provienen de viñas de pie franco con más de 60 años de antigüedad. Esto cuanto menos es difícil de encontrar “gracias” al insecto filoxera. 

Este insecto llegó a finales del siglo IXX de América y devastó la mayor parte de los viñedos de Europa. Pero si el problema llegó de América, la solución también. Si allí no afectaba la filoxera a las viñas, pues se pensó en plantar un pie americano donde injertar la variedad elegida (Tempranillo, Garnacha…) y así la la raíz se volvería resistente al insecto, chim-pum, se acabó el problema. Esto es lo que se hace en la mayor parte de los viñedos de España menos en estos, porque estas variedades están plantadas a pie franco, directamente en la tierra desnuda.

Eso pasa con estas dos variedades, pero en el caso de la Syrah y la Cabernet Sauvignon se utiliza un emparrado (vaso alto) para obtener vinos más frescos, ya que el suelo no refleja el sol a las uvas y las hojas cuelgan para protegerlas.

Si a estas joyas vinícolas les unimos que desde el año 1998 se cultivan en ecológico, tenemos una historia de amor y de uvas perfecta.

Nos gustan los vinos con historia